miércoles, 22 de mayo de 2013


PENTECOSTES   
















PENTECOSTES Y EL ARTE SOCIAL

El día de Pentecostés fue considerado por Rudolf Steiner, como el día que descendió hacia la Humanidad, El Arquetipo de la Comunidad del Futuro ( y que ahora está Presente _porque esta fiesta debe ser un estado de PRESENCIA, de percepción, de quien está aquí ya, EL ARQUETIPO, pues a la vez está sobre nosotros y está ya en nosotros).
La Comunidad del Futuro existe ya, desde el momento en que nosotros lo queramos percibir, porque realmente ella existe.
Recibirla es un acto de conocimiento y de voluntad en un plan superior, porque es necesario para ello atravesar las ilusiones que se encuentran de este lado del umbral: prejuicios, hábitos, mecanismos, automatismo, recuerdos, juicios, condicionamientos inconscientes y conscientes.
El problema es idéntico al que describe Steiner, en su “FILOSOFIA DE LA LIBERTAD”, cuando él dice que percibir la Libertad y Realizarla es un “ESTADO DE EXCEPCION”.
No se refiere esto a la rutina o a la pasividad lo que permite vivir estas cosas. ¿Debemos evadir entonces, la vida ordinaria, la de todos los días? Ciertamente no, todo lo contrario! _El Estado de Excepción no es una irrupción de hechos milagrosos o sensacionales, que nos llegan del exterior, porque él toma sus raíces de lo que se encuentra ya, ahí_ , sino precisamente en los aspectos imperfectamente reconocidos o aún no percibidos de lo que está ahí, en lo que existe, sin que esto haya sido concientizado hasta el presente.
Se refiere en transfigurar lo real, transfigurar “lo ordinario” que nos proponen los sucesos, las cosas, los seres, a fin de vivir “lo extraordinario” que está en ellos. ¿Pero cómo será esto posible? ¿Cuáles son las condiciones para lograrlo?
La condición primordial es hacerse activo interiormente, y en primer lugar a nivel de las percepciones: ESCUCHAR ACTIVO, PALABRA ACTIVA, PENSAMIENTO ACTIVO.
Todos los sentidos deben ser activados, dinamizados: Sentido de la vista, del movimiento, del equilibrio, del ser del otro, de los procesos vitales, del olfato y del gusto, del calor, del tacto… En efecto cada sentido, desde que se intensifica, revela también aspectos interiores de la realidad. Y, por la interacción global de todos los sentidos en sus diversos aportes _a la vez interiores y exteriores_, las antiguas realidades entran en resonancia las unas con las otras, porque a partir de ellas se crean nuevos organismos a la vez sensibles y suprasensibles, que enriquecen el mundo y al observador, en todo sentido. Es un estado de excepción generalizado, perfectamente controlado a partir de la consciencia clara.
Esto permite desde ya comprender lo que quiere decir R. Steiner, cuando dice que Pentecostés es la fiesta de la Nueva Comunidad Humana y al mismo tiempo, el de Individualidad Libre, no obstante nosotros podemos volver a tratar estos puntos.
Michel Joseph

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