lunes, 27 de mayo de 2013

¿DE QUE MANERA ESTAN LIGADOS EL CUERPO, EL ALMA Y EL ESPIRITU EN SALUD Y ENFERMEDAD?


¿DE QUE MANERA ESTAN LIGADOS EL CUERPO, EL ALMA Y EL ESPIRITU EN SALUD Y ENFERMEDAD?
DRA. MICHAELA GLOECKLER
Traducción: Ana Maria Rauh
(Para poder comprender los impedimentos físicos y espirituales)
No me desprendo del dolor, dado de que entonces debería desprenderme a su vez de lo divino. ADALBERT STIFTER
Preguntas tales, como aquella con respecto a la relación de cuerpo, alma, y espíritu en el estado de salud y enfermedad o con respecto a la esencia de los impedimentos físicos y espirituales, pueden aportarnos la vivencia, de que los seres humanos llevamos una especie de doble-vida. Tenemos una existencia corporal y estamos insertos en un entorno social, mientras que por otro lado, estamos llevando una vida interior conciente, que puede marginarse del ámbito circundante social y hasta cierto grado, también del estado corporal. El hecho, de que se trata realmente de una doble vida, llega a nuestra conciencia casi siempre con el motivo de enfermedad. Podemos observar ambas situaciones: Por un lado, encontramos personas con excepcional actividad anímica-espiritual, que, dentro de su cuerpo doliente, enfermo, necesitan una asistencia constante, que tal vez tengan que guardar cama; y por el otro lado, la situación que alguien de salud física buena, en lo anímico-espiritual se encuentra tan gravemente trastornado, que poco puede hacerse con él. Se trata de enigmas de nuestra existencia. Una reflexión, acerca de cómo el alma y el espíritu están ligados con el cuerpo en oportunidad de salud y de enfermedad puede ser de ayuda justamente en la actualidad, dado, que la tendencia de rechazar al dolor y a la pena se acrecienta, siendo considerados como inhumanos. En el momento, en el que separamos los seres humanos de los enfermos y dolientes del entorno social inmediato, aislándolos en hospitales y geriátricos, y, además, tratando de evitar la aparición de serios impedimentos físicos o espirituales desde un comienzo, mediante el diagnostico prenatal y la interrupción del embarazo; es necesario formularnos fundamentalmente la pregunta acerca del sentido de tales padecimientos para la vida humana y como entender mejor la aparición de tales estados.
ACERCA DEL SENTIDO DE LA ENFERMEDAD
Una comparación entre el hombre y el animal con respecto a las posibilidades de enfermedad, de inmediato nos indícale hecho, de que la enfermedad y la dolencia son específicamente cualidades humanas. Cuando los animales enferman en la vida silvestre, mueren rápidamente, o, la enfermedad es tan leve, que pueden seguir viviendo con la misma. ¿Qué sentido podría tener una enfermedad en la vida del animal? El modo de vivir de un perro, un pájaro, una abeja o una laucha es a su manera perfecto. La vivencia de dolor y sufrimiento no promovería ningún cambio, ninguna posibilidad de desarrollo. Una abeja no puede ser “mas abeja”, ni una vaca “mas vaca”, de lo que ya son. Solamente el hombre a diario puede tornarse mas hombre. Le es dado reunir experiencias a través de las penas, del sufrimiento, del dolor, que le permiten avanzar en su evolución. La seguridad y la salud, como únicos ideales de la vida, a la larga son incompatibles con la existencia humana, dado, que cada evolución necesita de la situación de crisis para poder avanzar. El desarrollo hacia la libertad, es inimaginable sin la posibilidad del equivocarse, del deslizarse. La impresión del absurdo, de la ausencia de sentido de un padecimiento, se genera únicamente, cuando se pierde el contexto dentro del cual esta inserto este padecimiento. Es necesario por lo tanto, tomar en cuenta el desarrollo en su conjunto, con todas sus posibilidades, incluyendo la idea de la repetición de las vidas terrenales. Con ello se habrá obtenido un fundamento, sobre el cual puede ser elaborada la pregunta acerca del origen y el sentido de impedimentos espirituales y físicos, de un modo esencial y fructífero.
LEYES DEL DESARROLLO DE CUERPO, ALMA Y ESPIRITU
Para poder aproximarnos a la comprensión de estas leyes, daremos a continuación una breve exposición del desarrollo corporal y espiritual: En la temprana infancia, hasta el comienzo del cambio dentario, el desarrollo de la voluntad del niño ocupa un primer plano. Desde Piaget, y con referencia a esta época, se suele hablar de inteligencia motriz, dado que allí los niños suelen estar en continuo movimiento, imitan las actividades de su medio circundante, integrándose de manera inteligente y hábil a las diferentes formas de movimiento, adaptándolas y apropiándose de las mismas. Al respecto, la voluntad del niño se orienta por completo en las impresiones sensorias. Lo que se ha visto y escuchado, es captado de inmediato y trasladado a la actividad propia. Esto mengua, al iniciarse el cambio dentario y desaparece generalmente a los 8, 9 o 10 años de edad. Ahora, la voluntad del niño, o bien, su disposición de acción ya no pueden ser motivados por el ejemplo por los sentidos, dado que en el ínterin el primer plano ha sido ocupado por la vida del sentimiento. Ahora, depende del sentir, si un niño tiene ganas de realizar una actividad o no. Ahora, el maestro debe lograr, despertar en los niños la simpatía por la realización de una tarea, aun cuando esta sea difícil, o hasta sea desagradable. Esto experimenta un cambio después de la pubertad. Paulatinamente, la disposición a la acción se desprende de su relación con la vida anímica y esta supeditada en medida cada vez mayor, a la vida del pensar en vías de maduración. El joven solo puede ser motivado a una acción, cuando reconoce e sentido de esa acción. Entonces, podrá aportar un esfuerzo, al que personalmente no tiene simpatía. El hombre adulto esta en condiciones de imponerse el mismo metas claras para sus pensamientos, y para sus actos. Con la ayuda de su pensar, aprende a controlar sus pensamientos y sus actos, o bien determinarlos. Si el desarrollo para cada persona se llevase a cabo de esta manera perfecta, de que en primer lugar se desarrollase su voluntad, luego la vida del sentir y por ultimo el pensar, dominador de todos los ámbitos, estarían creadas las condiciones previas para una salud física y anímica de por vida. Pero, lamentablemente, este no es el caso. ¿Dónde viven niños, que hasta el cambio dentario realmente pueden entregarse a la actividad volitiva y la disposición del accionar que se despliega? ¿Dónde encontramos un espacio exento del pensar critico y de sentimientos de desgano provenientes de las condiciones imperantes en el medio circundante? Y es sobre todo el pensar, que mas tarde asume un rol de conducción en la vida anímica, el que muestra ser un estorbo en la infancia, cuando es activado prematuramente en la vida anímica. Imaginemos tan solo, que el pensar hasta la pubertad no se hubiese desarrollado en mayor medida: no estarían a disposición ni la capacidad de critica, ni las dudas y el afán de censura. Los niños en lo volitivo y en lo anímico estarían plenamente abiertos frente al mundo circundante, abierto para aquello que los adultos dicen. Si existiese una profunda simpatía hacia los adultos, los niños confiarían plenamente en la palabra del adulto, permitiendo que lo guié. Se amaría, lo que ama el amado adulto y se desarrollaría antipatía frente a aquello, que el adulto señalaría como malo o perjudicial. Se abandonaría a su conducción, sin la opinión propia. En realidad empero, aparecen factores de trastorno, exteriores e interiores. Un importante factor de trastorno interior es el hecho, de que la facultad del pensar y con ello, la conciente vida interior, despiertan en un momento en el cual el hombre se encuentra aun en la minoridad. Dentro de una vida volitiva y anímica aun no dominada, aun no llegada a la madurez, despierta la conciencia del yo y con ella, la conciente vida del pensar ya a la edad de tres años. En la así llamada fase de rebeldía, en la cual los niños ya pueden separarse del medio circundante a través de un fuerte “NO”, prematuramente se produce la posibilidad del distanciamiento del entorno. Cuando esa situación se remarca aun por parte parte del entorno, siendo, que a los niños se los provee con argumentos fomentando su capacidad de discusión y hasta convirtiéndolos en pequeños críticos, la capacidad de imitación puede ser alterada sensiblemente por ese hecho. Los niños comenzaran a observar en mayor medida a su entorno, en lugar de imitarlo, decrece su espontaneidad.
Otra posibilidad de alteración esta dada en el hecho de que se esta tomando en desmedida cuenta, las simpatías y antipatías de los niños, perdiéndose así la oportunidad de dar la necesaria orientación a la vida anímicamente aun inmadura. Muchos adultos en ocasión de la toma de decisiones, toman en cuenta las simpatías y antipatías de sus hijos, en lugar de ayudar al niño por ejemplo, a superar las ganas de comer el tercer o cuarto helado, adhiriéndose al razonable NO del adulto. A todo desarrollo de la voluntad y del sentimiento le corresponde integrar el renunciamiento razonable. Cuando no se lo aprende, determinadas experiencias de la vida no pueden ser elaboradas debidamente, y ese alma constantemente estará transpuesto por una leve disconformidad consigo mismo y con el mundo. Para el desarrollo de una estable salud anímica, realmente seria mas favorable, si la conciencia propia llegase a la adultez recién entonces, cuando el desarrollo corporal y anímico ya habrían alcanzado una cierta madurez. Vale decir, que la conciencia del Yo despierte recién cuando el hombre ya se ha conformado en una personalidad. Como esto empero no es el caso, y en cambio decimos Yo a nosotros mismos en un momento en el cual aun estamos inmaduros y no desarrollados, necesitamos de una cuidadosa educación, para poder vivenciar una maduración ampliamente no alterada de las facultades corporales y anímicas. Cuando esto no sucede, se encuentra en peligro la saludable interacción y conducirá al estado que hoy tienen que padecer muchos jóvenes, de que ya a temprana edad pierden las ganas de seguir viviendo. La voluntad no se siente lo suficientemente fuerte frente a las misiones y tareas impuestas por la vida e incapaz de transformar el mundo según las metas propias. La vida del sentir a menudo permanece concentrado en demasía en las propias simpatías, faltando entonces interés en la orientación hacia lo que es importante para el medio circundante. De esta manera, se genera una vida anímica empobrecida, solamente referida a sí misma, que le transmite a la vida del pensar, escasas relaciones al mundo. En correspondencia a ello, el pensar servirá en primer lugar para describir los múltiples estados del descontento y para formular reclamaciones al medio circundante. De esta manera a su vez se habrá una importante condición previa de que el hombre pueda enfermarse física y anímicamente. Mientras que el cuerpo, año tras año se desarrolla dentro de bella regularidad, puede estancarse el desarrollo de la conciencia a causa de influencias educativas inadecuadas, o tomar un curso no armonioso. Y esto tendrá consecuencias no solo para la vida anímica, sino también para la vida corporal.
¿DE QUE MANERA LA VIDA ANIMICA –ESPIRITUAL ESTA RELACIONADA CON EL CUERPO? PREGUNTAS FUNDAMENTALES DE LA AUTOEDUCACION
En el curso de nuestras reuniones con los padres, hemos señalado reiteradas veces la relación de las fuerzas de crecimiento y de regeneración para con las fuerzas de crecimiento y de regeneración para con las fuerzas del pensar. Aquí, lo ampliaremos y lo complementaremos con respecto a aspectos referidos a la vida del sentimiento, y de la voluntad. Dado que, tal como se puede describir el despertar del pensar como lento proceso de emancipación de las fuerzas del crecimiento que se van liberando del organismo en crecimiento, el despertar de la vida del sentir y de la vida de la voluntad también pueda ser referida como una metamorfosis de fuerzas de acción, anteriormente sujetas al cuerpo. Recién así se torna comprensible, la relación de la vida del alma y la vida del cuerpo en salud y en enfermedad.
Miremos en primer lugar a la vida del sentir. ¡Que mundo tan diferente con respecto al mundo de los pensamientos! A diferencia de la rica multiplicidad de posibilidades de expresión diferenciada del pensar, aquí, nos encontramos con un mundo de estados de tensión y relajamiento en movimiento constante, que de algún modo pueden compararse con la música. En la vida del sentir, al alma puede entrar a un estado de máximo jubilo y vivir en estados anímicos que solo pueden ser señalados con palabras tales como armonía, luz, calor. Por el otro lado empero, puede caer en oscuridades, puede sentirse oprimida y entrar en la rigidez de un estado lúgubre. Frío y calor, luz y oscuridad, armonía y discordancia, tensión y relajamiento, esa es la dinámica de los sentimientos. Fuerzas de simpatía y antipatía caracterizan este ámbito de la vida del alma.
Otra característica, es la calidad de la experiencia limite. Los sentimientos transmiten siempre la vivencia de una relación: la relación a la naturaleza, hacia otras personas, hacia hechos de la vida tristes o agradables y también hacia el propio cuerpo y hacia las memorias propias. El alma ciertamente despierta mediante la posibilidad del sentir junto a esas múltiples experiencias limite. Frente a cada impresión reacciona con percepciones que a su vez pueden despertar sentimientos fuertes. En el paseo a través de un prado junto a la orilla del bosque, la mirada puede deslizarse fugazmente – en esa ocasión se producen únicamente percepciones sensorias superficiales y estados anímicos fugaces. Al detenernos empero y concentrarnos en el azul de una violeta, la impresión de ese color puede apoderarse de toda la vida perceptiva del alma, siendo, que una profunda calma y amplitud colmen al alma. Los sentimientos por lo tanto pueden ser despertados por lo tanto a través de un profundizarse en las percepciones sensorias. Un alma así despertada y llevada a la consonancia, con mayor facilidad podrá acceder a los pensamientos tranquilizantes, de confianza y esperanza. Quien comienza a observar las particularidades de la vida del sentir, podrá notar como allí, en el limite de lo conciente y lo inconsciente, entre el ser propio y el mundo se provocan estados anímicos y tensiones, acerca de los cuales el pensar luego tiene que rendir cuentas. Nos podemos dar cuenta entonces, que una vida del sentir no saludable, que por ejemplo se encuentra dentro de un clima ridículo, irónico, o dentro de un clima fundamentalmente amargado o deprimido, podrá influenciar constantementede la manera en cuestión a la actividad pensante del alma. De esta manera, se dificulta el juicio equilibrado y la formación de pensamientos referidos a uno mismo. Una vida del sentir armoniosa, con un estado anímico del fundamento de la vida pleno de confianza en cambio, constituyen la mejor condición previa para un activo interés en el mundo y una elaboración objetiva, con claridad del pensar, de las vivencias. ¿Qué fuerzas son aquellas, que llegan a su efectividad en el mundo de los sentimientos? Son las leyes y fuerzas de la música, que llegan a su expresión en las tonalidades, los ritmos, las tensiones y soluciones, altos y bajos. Todo lo musical logra calmar, serenar, estimular de manera inmediata al mundo de los sentimientos, razón por la cual la actividad musical ocupa un lugar importante dentro de la psicoterapia. La escala de los tonos se reproduce y refleja del modo más exacto las situaciones de tensión- conjuntamente con las tonalidades.
Al mirar el contexto cuerpo alma, en el organismo encontraremos dos sistemas orgánicos que son una replica fiel de estas relaciones rítmica-musicales de la vida del sentir: respiración y circulación. Desde el nacimiento, hasta la muerte, el corazón y los pulmones se encuentran en una incansable actividad rítmica. Tensión y relajación, actividad y calma, y el ininterrumpido mediar entre el mundo y el propio ser (respiración) y entre el centro del cuerpo y la periferia del cuerpo (corazón) son su esencia. Es por ello, que no nos asombra, que toda percepción sensoria y todo sentimiento tienen una influencia inmediata sobre la respiración y sobre el pulso. Una noticia excitante provoca la aceleración del pulso cardiaco y promueve, que respiremos hondo. En la tensión, la respiración se torna sofocada, no armoniosa, cambiante, rápida y profunda. En la agitación el corazón puede golpear hasta el cuello y tropezar en el susto y casi “detenerse”. Por otra parte, una respiración llevada a la serenidad (por ejemplo, en el dentista) puede quitarnos el miedo y hacer soportable el dolor. Del mismo modo, como la vida del pensar esta relacionada con las fuerzas del crecimiento y de la regeneración, necesitando al sistema nervioso para ser llevado a la conciencia, la vida del sentir esta relacionada con las fuerzas diferenciadoras del crecimiento. Toda diferenciación de tejidos y órganos durante el desarrollo embrional, se basa sobre determinadas proporciones y relaciones numéricas, que a su vez pueden ser representadas musicalmente. (Compárese en: “La estructura musical del hombre” Armin Huseman, Stuttgart 1989). En la relación del ritmo cardiaco-respiratorio, encuentra su centro esa regla musical del organismo humano. A estos órganos se encuentra sujeto el despertar y el vivenciar de los sentimientos, de la misma manera como la toma de conciencia de los pensamientos se encuentra sujeta al sistema nervioso. Al cabo de 30 años de investigación, Rudolf Steiner ha descrito ese hecho por primera vez en 1917, en su libro “Enigmas del Alma”. Si por lo tanto queremos otorgarle a un ser humano una buena sintonía vital básica en su camino, tendremos que estimular y apoyar de manera saludable la respiración y la circulación cardiaca en la vida funcional-rítmica durante el periodo del desarrollo. Si los adultos logran crear en el entorno del niño, un clima familiar armonioso, se habrá establecido la condición previa más importante. Cuando por añadidura el curso diario posee un buen ritmo, en el cual el trabajo y el descanso se intercambian en razonable secuencia, se fomentara en el niño, la sensación de amparo y seguridad. Se vivencia inserto con plenitud de sentido, en acontecimientos que se repiten, en los que puede confiar, a los que puede aguardar con alegría y con los que puede contar. De esta manera, se genera una base estable, que le permitirá resistir mas adelante a las situaciones de Stress que podría tener que afrontar. Dado que, sobre la base de una afinación básica armoniosa, podrán ser soportado mejor, las situaciones extremas, llegando a un equilibrio, que sobre una base exenta de armonía. Si luego además se logra interesar anímicamente en la escuela, aportando en cada hora de clase tensiones y soluciones, la vivencia alegre y la seria, entonces se habrá realizado lo suficiente y lo adecuado por parte de la educación, para actuar sobre la respiración y la circulación de un modo regulador y estimulante. Donde esto no ha sido posible realizar en la infancia, circunstancialmente se le presentaran al adulto serias tareas para su auto-educación. En la actualidad, ¿cuántas personas disponen de las condiciones previas de un estado anímico equilibrado? Allí, donde estas no están dadas, se debe, y se puede trabajar en ello, de por vida. Al respecto, la terapia artística puede ser de una gran ayuda. Puesto, que en el arte estamos frente a las mismas leyes, según las cuales ha sido construido, plasmado nuestro cuerpo. Las leyes del viviente crecimiento, crear y dar forma, las volvemos a encontrar en la plástica y la arquitectura; las leyes de la vida animica en la pintura y la musica y por fin, las leyes de la vida volitiva en el habla y en la euritmia –acerca de lo cual hablaremos a continuación.
¿Qué dinámica especifica subyace a la vida volitiva humana? Aquí, estamos frente al desarrollo de fuerza, intensidad pura y deseo vehemente, apetencia. Aquí, tenemos que ver con la fuerza de la entidad humana, dentro de la cual yacen tanto tendencias de destrucción como así también la base de toda fuerza creadora y capacidad de transformación. Frente a la multiplicidad de los pensamientos y las ideas y de la riqueza de los estados anímicos, aquí, nos hallamos en presencia de una simplicidad concentrada: el desarrollo de fuerza y la disposición a la accion lisa y llanamente. Al preguntarnos por los órganos que sostienen la vida volitiva y sus leyes, vemos, que en primer lugar son los órganos digestivos. Aquí se quema y se trabaja y todo el cuerpo es transpuesto con nueva fuerza, inherente a los alimentos y sus sustancias. A través de la vida volitiva, nos hallamos íntimamente emparentados a la tierra con su fuerza de gravedad. Vencemos la fuerza de gravedad a través de la conquista del paso erguido. No es casual, que los órganos de la cavidad abdominal así como las piernas están supeditadas al campo de la gravedad terrestre. Los riñones pueden desplazarse hacia abajo, el útero puede descender, también el estomago puede colgar hacia abajo en menor o mayor medida. El corazón en cambio, esta embutido entre el lóbulo pulmonar derecho y el izquierdo en el espacio pectoral y a través de la actividad respiratoria, rítmicamente, una y otra vez es extraído de la gravedad. Además, en el espacio toráxico impera la así llamada depresión de Donder. El cerebro en cambio, flota dentro del liquido encefálico, y por tal razón se encuentra aun más extraído de la influencia de la gravedad. A ello se debe la especial sensación de liviandad en relación con la vida de los pensamientos. La euritmia y la lengua hablada, así como el arte de la danza y el arte dramático le brindan al hombre la posibilidad de desarrollar su voluntad. Los movimientos orientados en la formación del habla como lo es la euritmia, son manifestaciones puras de lo humano mismo. Se corresponden con la dimensión plena, de la capacidad humana del movimiento. Al trabajar en los movimientos de manera consciente, la voluntad experimenta una determinación hacia la expresión del ser humano.
También aquí personas que se sienten débiles de voluntad y que no están en condiciones de llevar a cabo lo que se habían propuesto, a través de la sistemática ejercitación de euritmia y del habla, podrán obtener un nuevo dominio de su voluntad. Esto ya ha dado sus resultados en la psicoterapia en el caso de trastornos de impulsos y de la voluntad. Esto por cierto que impone una elevada exigencia al terapeuta, dado que en los casos de debilidad volitiva y la pobreza de impulsos, es menester la superación de fuertes resistencias. Cuando Goethe afirma: “El arte es una revelación de ocultas leyes naturales”, con ello esta señalando las relaciones del cuerpo humano para con las actividades artísticas y a las relaciones de estas para con la vida del alma. A no ser que portásemos dentro de nuestra alma estas posibilidades artísticas, después de que con anterioridad han configurado al cuerpo, no estaríamos en condiciones como hombres, de llevar a cabo la actividad artística, ni de poder concebirla y recepcionarla. Son las leyes de nuestra propia humanidad, de las que nos estamos valiendo en ocasión de la creación, y de la actividad artística. Esto, lo ha sabido también Leonardo Da Vinci. Nos dice, que el alma humana, que no ha recibido instrucción artística, al pintar, se reproduce a sí misma. Ese inconsciente reproducirse a sí mismo lo denomina “una falla traidora”, en la que no puede incurrir el artista con formación artística. Y continua diciendo: “Yo creo, que esto se debe a que el alma es el plasmador de su cuerpo. Lo ha creado según su imagen. Al ser obligado a crear un nuevo cuerpo con la ayuda de colores y pincel, se inclina a reproducir la imagen que le es familiar.” (cita según Hauschka) El autentico artista, en el proceso de creación se desprende de la auto-representación, y reproduce los sucesos del mundo. Lo que por Leonardo Da Vinci es denominado como alma plasmadora del cuerpo, es precisado por Rudolf Steiner en su exposición de los miembros del ser humano en su relación con los procesos plasmadores artísticos. Las leyes de la arquitectura le son propias al cuerpo físico; las leyes de la plastica le corresponden al cuerpo eterico; aquellas de la pintura y la musica al cuerpo astral y aquellas del habla, le corresponden al cuerpo del yo. A partir de las leyes y fuerzas de los miembros del ser esta edificado el cuerpo humano. Ellas conforman empero así mismo, la base de la vida anímica individual, así como el lugar de origen del crear artístico. ¿De que manera podemos aprender a cuidar estas fuerzas de manera tal, que se fomente la salud corporal y anímica?
Vivenciamos la vida de nuestros pensamientos –como parte de las fuerzas etericas- como nuestra vida interior espiritual, dado que nos trae a la conciencia las leyes del universo, teniendo un carácter objetivo. Estas leyes del mundo no dependen de nuestras simpatías y antipatías. Por la noche, durante el sueño, esa vida conciente de los pensamientos se conecta nuevamente con la vida vital del cuerpo. De esta manera recibe apoyo la actividad regenerativa del organismo. Durante el día en cambio, los pensamientos se mueven libres del cuerpo y en los tiempos de gran exigencia del pensar, le retiramos vitalidad adicional al cuerpo, que transformamos en actividad pensativa, razón por la cual luego nos sentimos también agotados físicamente. También, cuando por ejemplo en el stress perdemos el apetito, fuerzas del crecimiento en medida mayor se transforman en fuerzas de conciencia. Una vez terminado ese esfuerzo máximo, demora un tiempo hasta que retorna el apetito y cuando luego hemos ingerido una comida abundante, desaparecen las ganas del pensar y el deseo de la vida activa, conciente. Del conocimiento de esa relación se desprende, que para la actividad regeneradora nocturna del organismo no es indiferente, lo que pensamos durante el día. Dado que, un pensar que por ejemplo se ocupa únicamente con concepciones fijas, solo con contenidos que están al servicio de finalidades de la vida material, en medida cada vez mayor, adopta la forma que se corresponde con los objetos observados. Un pensar de esas características tiene que cobrar un efecto de alteración sobre la regeneración del organismo durante la noche, por haber perdido su vitalidad. Dentro del mismo no actúan movimientos creativos, emparentados con las leyes plasmadoras artísticas del cuerpo. Rudolf Steiner ha sido el primero, quien en nuestro siglo ha señalado al hacho, de que si el pensar materialista sigue dominando en la escuela y a todo el esquema educacional, los hombres tendrán que afrontar al cabo de generaciones con nuevas enfermedades, dado que la regeneración del cuerpo ira en disminución, produciéndose entonces al mismo tiempo una creciente degeneración del patrimonio de herencia. En la actualidad, ya estamos insertos en esta situación. No solo lo tenemos que adjudicar a los crecientes daños del medio ambiente, sino también a la decreciente capacidad de regeneración, que han aumentado epidemicamente –y siguen aumentando- las alergias, los trastornos metabólicos, pero también los estados de depresión y de insomnio. A no ser, que al respecto se actúe en amplia medida publica-higiénicamente, revelando estos hechos, estimulándose a cada hombre a modificar su pensar y su concepción del mundo mediante la actividad artística y espiritual, este estado de cosas no podrá variar. Sin embargo, ese cambio en el pensar de hecho es posible para todo hombre.
Mas difícil es el cuidado promovido concientemente para el ámbito de la vida del sentimiento. Dado, que la vida del sentimiento no se encuentra en este mismo modo “neto” en existencia, vale decir, libre del cuerpo en estado despierto, como la vida del pensamiento, a la que podemos objetivizar o desprender por completo de nosotros. En lo que a los sentimientos concierne, permanecen mas estrechamente ligados a las funciones corporales. La dinámica propia de la vida del sentir, se basa sobre las grandes polaridades de la simpatía y antipatía. El modo, como están relacionadas en la sintonía básica de la vida –si se hallan en equilibrio, o si predomina una o la otra cualidad- facilita, o dificulta al hombre valerse de la posibilidad de la auto-educación en el ámbito del sentir. Cuando estas fuerzas guardan equilibrio entre sí, es posible, establecer la serenidad del alma. Esa calma se corresponde con la calma entre dos fases respiratorias y entre dos pulsaciones cardiacas. La dinámica opuesta de inspiración y espiración pasa siempre por este punto cero de la calma, en el cual por un pequeñísimo instante, no pasa nada. En esta calma, yace la fuerza para el equilibrio, pero, asimismo para el nuevo estar activo. Cuando estas fuerzas no guardan equilibrio, la auto-educación resultara significativamente más difícil, porque la simpatía y la antipatía colman la conciencia, cuando queremos llegar a la calma. Aquí, puede prestarnos ayuda, recordar la cualidad anímica que se encuentra entre la simpatía y la antipatía, a modo de mediadora, a modo de centro de calma en el ámbito de los sentimientos: Es la fuerza del amor. A menudo, se lo confunde al amor con la simpatía. Este hecho lo puede descubrir cada persona en sí mismo, quien ha vivenciado alguna vez como en él, el amor se ha convertido en odio. Un amor que puede convertirse en odio, no es amor, sino que ha sido simpatía. La simpatía puede transformarse en antipatía, según el estado anímico, según la reacción a un acontecimiento. El amor en cambio, brinda la oportunidad de llevar a mutua serenidad plena de amor, las reacciones de simpatía y antipatía. Tanto la antipatía, como la simpatía, pueden privar al hombre de modo excepcional de su libertad, llevándolo a una fuerte dependencia en la anímico y en lo social. Si no tuviésemos al amor como sentimiento intermedio que nos ayuda a elaborar nuestra elemental simpatía y antipatía, la paz social correría un gran peligro.
La capacidad de amar, es una especie de núcleo de la vida del sentimiento; torna soportable sus polaridades plenas de tensión. Quien comienza trabajar en una activa armonización de sus sentimientos, notara que los estados anímicos inarmónicos o los estados de tensión no solucionados afectan a la salud de una manera mas profunda que por ejemplo los problemas no solucionados del pensar, frente a los cuales podemos situarnos con mayor objetividad. La vida del sentir se encuentra en relación inmediata hacia las funciones corporales centrales. La respiración, y la circulación, que son responsables por el mantenimiento de la vitalidad. La consciente vida del pensar en cambio, se encuentra fuera del alcance del ámbito vital de la actividad metabólica y requiere del apoyo constante y de la alimentación por parte de esos órganos. Este hecho se torna notorio también en el caso de los mencionados trastornos de insomnio. No son los pensamientos los que mantienen despiertos al hombre, sino los agobiantes estados anímicos, en los cuales se intenta trabajar, con ayuda de los pensamientos. Son ellos, los que hacen girar la rueda de los pensamientos. Los acontecimientos alegres y los tristes mantienen despierto, mientras que el esfuerzo y la concentración del pensar producen cansancio. Muchas personas quedan dormidas en el intento de realizar una meditación a la hora vespertina. Para la educación de la vida del sentir con miras a la obtención de salud, nos ayuda, contemplar las vivencias del día con respecto a lo positivo y a lo negativo ocurrido en el mismo. No hay nada, que no pudiese ser observado de dos puntos de vista diferentes, que no pudiesen ser evaluado de modo dispar. Quien espontáneamente siempre interpreta negativamente y reacciona de acuerdo a ello, aquí tiene mucho que hacer. Notara sin embargo, como cada intento realizado en el sentido de poder ver a la vez el sentido positivo de cada acontecimiento, actúa sobre toda la vida anímica de modo reanimador, y de manera liberadora sobre la respiración. Buen resultado ha dado, el aprendizaje y la practica de un instrumento musical y el familiarizarse con grandes obras artísticas de la música.
Contemplemos al tercer miembro de nuestra vida anímica, la voluntad. Cuando por ejemplo tomamos una decisión, lo percibimos como una fuerza. Como tortura en cambio, vivenciamos a la falta de decisión. La voluntad se encuentra paralizada, se encuentra tironeada entre diversas posibilidades. Del mismo modo, como el pensar es saludable únicamente, cuando puede moverse y trabajar dentro de la multiplicidad de las posibilidades; el sentir, unicamente cuando halla su centro de equilibrio en la capacidad del amar, asi, el querer, cuando se encuentra centrado en sí mismo, pudiendo dedicarse con atención plena a un asunto. Las personas que notan en sí mismo una debilidad volitiva o que tienen una inclinación hacia la indecisión, pueden lograr mucho, mediante la ejercitación regular. Por cierto, que es menester desde ya, un cierto esfuerzo volitivo, para decidirse a la realización de tales ejercicios. Quien realiza fielmente todos los días, a modo de la ejercitación volitiva, pequeñas tareas por el mismo elegidas (como por ejemplo el abrir y cerrar de una puerta, el regar una determinada planta, siempre a la misma hora, el levantarse a determinada hora, etc.) notara, como crece la capacidad del uso de la voluntad propia. La euritmia constituye un apoyo excelente de tales ejercicios de la voluntad. Quien tiene oportunidad de participar una vez por semana de un curso laico, no debería desaprovechar esa oportunidad. Muy beneficiosos mostraron ser los ejercicios diarios, indicados por un euritmista experto, o un euritmista curativo.
La voluntad únicamente puede ser educada mediante la actividad, la vida del sentir, en primer termino mediante el cultivo de las percepciones sensorias y el trabajo en el interés y la capacidad de amar. El pensar en cambio, requiere de la amplitud del circulo de visión y del trabajo en la multiplicidad de las manifestaciones.
Puede ser cultivado de mejor manera, a través de preguntas que nos formulamos a nosotros mismos y al mundo y en cuyas soluciones trabajamos solos, o conjuntamente con otros.
ENFERMEDADES ANIMICAS Y CORPORALES
El mancomunado accionar de los pensamientos, los sentimientos y los impulsos volitivos, conforman al patrimonio de la vida anímica humana. La conciencia propia, que ha despertado en la infancia, tiene la misión, de aprender a guiar y dominar ese común accionar en el curso de la vida. En la medida, en que esto se logre mas y más, la vida anímica se conformara en replica de las funciones corporales, que guardan un orden entre sí y observan una mutua referencia, y cobrara un efecto benéfico y sanador sobre las funciones del cuerpo. Para poder comprender la aparición de impedimentos espirituales-mentales y también las enfermedades anímicas, es menester, dirigir nuestra mirada aun a otro hecho de la vida anímica: la relacion entre la vida animica inconsciente y la vida animica consciente.
Tal, como ya lo hemos expuesto, en el curso del desarrollo se liberan fuerzas para la vida anímica, que con anterioridad habían participado en la edificación del cuerpo. Las fuerzas anímicas ocupadas en la vida del cuerpo, son inconscientes, aquellas, liberadas del cuerpo, orientadas al alma, son recepcionadas en la conciencia. En el caso de que en el curso del desarrollo, y por haberse liberado del cuerpo, fuerzas del crecimiento entran al ámbito de la conciencia –fuerzas, que no pueden ser dominadas por la fuerza integradora del alma, el “Yo, -que es el núcleo del ser humano mismo- entonces comenzaran a hacer valer tendencias propias dentro de la vida anímica. Aquí, yace el origen de las así llamadas enfermedades anímicas y mentales. Pueden aparecer pensamientos e ideas acosando al ser humano con una vivacidad y con una intensidad, que no le son propias al pensar, que de otro modo posee un carácter fugaz. Pueden confrontarse al hombre a modo de configuraciones de imágenes no dominadas, que se apoderan de su vida anímica y volitiva. Esto puede ser observado con especial notoriedad en las diversas formas de esquizofrenia (ver Rudolf Treichler: “El proceso esquizofrenico”). Ideas obsesivas, vivencias de enajenamiento en el ámbito anímico, parálisis de la voluntad y tendencias hacia el delirio furioso, muestran, que esos ámbitos de la vida del alma, se encuentran fuera del control del Yo. La conciencia propia dejo de sentirse dueña de sus pensamientos, sino circunstancialmente dominada por una, o varias ideas y la persona le obedece, forzadamente, con su vida anímica y volitiva. Esas personas hablan de presentimientos y de inspiraciones, o, en estados mas avanzados, de voces que están escuchando, o de personas que se les aparecen, motivándolas para tal o cual cosa. Los contenidos de la vida de los pensamientos, los sentimientos y de la voluntad ya no soy compenetrados por el Yo, ya no se vivencian como pertenecientes al propio ser, sino como ajenos. El alma es dominada por la proximidad del ser de la espiritualidad creativa que ha formado al cuerpo. Un psiquiatra antroposoficamente orientado, por lo tanto por un lado orientara su terapia al tratamiento de los sistemas orgánicos y los sistemas funcionales, de los que proceden los contenidos anímicos patológicos, a modo de fuerzas del crecimiento metamorfoseados. Por el otro lado, tratara, mediante la terapia artística y de la conversación, fortalecer el Yo del enfermo en medida tal, que pueda obtener nuevamente el control sobre su vida anímica. Intentara así mismo, establecer charlas con pedagogos y padres, para poder reconocer a tiempo los primeros síntomas, para poder prevenir efectivamente, la declaración de tan grave enfermedad anímica. Dado que de modo decisivo influye el tratamiento de las fuerzas plasmadoras del crecimiento, que se están liberando, por parte del maestro y de que manera el maestro durante el día exige la vida anímica del niño, sobre los procesos de edificación y regeneración durante la noche, durante la edad del crecimiento.
¿Qué sucede en el caso de las enfermedades corporales? Así, como toda enfermedad anímica puede ser descripta como expresión de pensamientos, sentimientos e impulsos de actos, que ya no se encuentran en el ámbito del dominio de la personalidad humana y del control del yo, también puede ser descripta toda enfermedad física, como proceso de emancipación de determinadas funciones y leyes biológicas, que no se sujetan ya, a las instancias del control del organismo. Se producen, cuando las fuerzas anímicas se activan de modo desmedido en el cuerpo, o, cuando se desprenden de manera excesiva de su necesaria ligadura con el cuerpo. Si esta manera de reflexión es agregada al diagnostico tradicional, no solamente se torna más comprensible la esencia de la enfermedad, sino, que se abren asimismo nuevas posibilidades para la terapia: Quedara en claro, a traves de que actividad animica y espiritual podra ser influenciada adicionalmente la curación, por el hecho de poder pensar dentro de los procesos, a los que obedece la relacion cuerpo-alma.
Rudolf Steiner ha remarcado con énfasis, que las posibilidades antroposoficas para el diagnostico y la terapia deben ser entendidas a modo de complemento para la actual medicina tradicional y no como alternativa con respecto a la misma. La investigación científico-espiritual de Rudolf Steiner revela los trasfondos anímicos y espirituales referente a los hechos de la naturaleza. De esta manera, puede arrojar una nueva luz sobre estos hechos de la naturaleza. No busca empero, reemplazar su investigación sobre la vía de las ciencias naturales. Quiere ser, en cambio, la necesaria complementación de esa investigación.
IMPEDIMENTOS CONGENITOS
¿Qué significa cuando un ser humano ya desde su nacimiento no es dueño de su consciente vida anímica? Naturalmente, que tendrá otras experiencias en su vida, que una persona con un impedimento físico, a la que por ejemplo le falta un brazo, o una pierna. AL impedido espiritualmente en elevada medida, por muchos años, o talvez por toda la vida, podrá ser el conductor, o el dueño de su propia vida anímica conciente. Vive una vida terrenal ciertamente bajo el signo absoluto de la integración social, sin intenciones personales. Al comienzo, va creciendo en el seno de su familia, luego, tal vez entre en una comunidad escolar y más tarde, en una comunidad de vida correspondiente, un taller protector, o, una institución terapeutica-social. Es una vida con entrega al medio circundante, una vida del desprendimiento. No esta dada la posibilidad de llevar una doble vida, por un lado, dentro de la conciente vida del alma que debe ser dominada y dentro de la inconsciente vida del cuerpo. Es este hecho, que llama la atención en primer lugar, cuando estamos tomando en cuenta un grave impedimento espiritual. No existe posibilidad alguna, de poder ir desarrollándose hacia la verdad, pasando por los errores. Todo ese proceso, que esta relacionado con el pecado original, le es vedado al afectado, para esta vida terrenal, dado que no llega a su conciencia. Al considera el destino de un impedido, desde ese ángulo, tomara un nuevo cariz.
En conexión con la idea de la re-encarnación, un destino de este carácter aparece a modo de recorte de una evolución general. Por un lado, podemos imaginar, que una vida del desprendimiento puede ser una importante fuente de fortaleza para una vida futura, que tal vez se encuentre en mayor medida dentro de los impulsos personales en el cual se desarrollara una determinada genialidad. Por otra parte podemos pensar también, como consecuencia de una desesperada vida anterior, en la cual a sabiendas, o, sin saber nos hemos cargado de una gran culpa, acobardándonos frente al tener que afrontar una nueva vida terrenal, sintiendo la impotencia de poder asumir las consecuencias de los actos cometidos. Cuando entonces a través del destino de un impedido esta dada la posibilidad de poder experimentar durante toda una vida terrenal el amor y el fomento de otros seres humanos, esto podrá crear el fundamento necesario de confianza para otra vida terrenal nueva, asumiendo, de que en la propia existencia –así y todo- hay un valor, de que se hallara la fuerza suficiente para poder transformar y equilibrar la culpa anterior. Todos los acontecimientos de vidas terrenales pasadas, que por ejemplo han tenido lugar en el marco de regímenes totalitarios, no se han borrado con las muertes de estas personas. Siguen existiendo y a su debido tiempo retornan a la vida consciente. Imaginemos tan solo encontrarnos frente a frente con el torturador de una vida terrenal anterior. Aun a través de tales acontecimientos terribles, se pueden generar relaciones humanas que deben adquirir continuidad. ¿Cómo podrá ser soportado algo así? De esta manera pueden ser entendidas muchas antipatías abismales y estallidos de odio entre los seres humanos, que a partir de las circunstancias cotidianas y de la vida parecerían inexplicables. A consecuencia de posibilidades de error, equivocación, extravío, aberración pueden acontecer hechos terribles y crueles entre los seres humanos, de modo tal que tenemos la impresión de que una evolución que ha llegado a un callejón sin salida de esa índole, en principio no puede tener continuidad. Se ha perdido el parámetro de lo humano. En una situación tal, una encarnación dedicada por completo a la tranqulizacion y a la creación de nuevas condiciones previas para la vida, es un designio pleno de sabiduría del destino. Puede experimentar un nuevo despertar la motivación para el querer ser humano.
Esto cobra validez asi mismo para los suicidas, que han sentido desesperación frente a la existencia del hombre. ¿Cómo pueden hallar un nuevo impulso de vida? Despues de su muerte experimentan lo exento de sentido de su acción y el hecho terrible, de que en la vida pasada se han privado de las posibilidades de desarrollo. Bajo la conducción de seres divinos, se preparan un determinado destino de enfermedad, dentro del cual encuentran las condiciones de poder encontrarse de manera nueva con el sentido de la evolución humana, de la existencia humana. Quien comienza a mover pensamientos de esta índole, seguramente notara también el peligro que esta relacionado con ello, cuando tales reflexiones no tienen la meta de brindar ayuda para la superación de trágicos conflictos del destino, y en cambio se utiliza para especulaciones sensacionalistas, referidas a anteriores vidas terrenales y sus consecuencias. En el mundo, lamentablemente no existen pensamientos ni hechos, que a su vez no pudiesen ser mal usados. La posibilidad del mal-uso empero no debería impedir de que aspectos de ayuda de esta clase, en medida cada vez mayor, puedan ser incorporados a la conciencia.
Cuando Rudolf Steiner fue consultado con respecto al sentido de los graves impedimentos contesto entre otras cosas, de que no existía un ser humano realmente grande y genial, ningún gran benefactor de la humanidad, que no por lo menos una vez hubiese pasado por un destino tal. Comprendí esa afirmación por vez primera en toda su dimensión, cuando en la casa de una familia campesina vivencie la visita de un mentalmente impedido que vivía en esa aldea. Era un hombre bonachón, que por doquier era bien acogido y socialmente integrado. Había llegado a ese hogar para hachar leña y, terminada la tarea, compartía la cena. Desde la mañana hasta la noche, trabajaba de esta manera en los hogares de diversas familias de la aldea, siendo bienvenidos en todos ellos. ¿Qué cualidades se instruyen durante una vida terrenal así? En primer lugar, por cierto, la voluntad, puesto que la misma puede ser educada únicamente mediante la actividad. Un ser humano que ejerce su actividad regularmente y con alegría, al que le es ajeno todo critiquizar y señalar defecto a todo, dispone dentro de sí una fortaleza de voluntad, que le seria imposible lograr en una sola vida terrenal a un así llamado sano: Demasiado descontento, demasiados sentimientos paralizantes y pensamientos inmovilizadores impiden el desarrollo de la voluntad. Sobre todo, la sensación, de haber sido destinado a algo mejor de aquello que nos exige la vida de todos los días.
PREGUNTAS CON RESPECTO AL TEMA:
PREGUNTA: ¿En que relación se encuentra el destino de los padres, hermanos y educadores, para con el impedido?
RESPUESTA: Del mismo modo, como el cuerpo sano es la imagen de Dios, el cuerpo enfermo, o, el modo como se expresa la vida anímica, es expresión de una determinada situación evolutiva, una determinada disposición de aprendizaje. Podemos ver, para que sirve una enfermedad, porque en su imagen, en la fisonomía de esa enfermedad, en el modo de aparición, puede ser leído algo bien determinado. Del mismo modo, en el organismo sano puede ser leída la semejanza con la imagen divina, en la enfermedad puede ser leída una determinada misión: Reestablecer la semejanza divina.
Tomemos, por ejemplo, un niño con Morbus Down, también llamado mongoloismo. Todo el modo de ser de estos niños manifiesta una especie de inocencia, tanto física como anímica. Anímicamente, el comportamiento esta marcado por una radiante apertura y confianza frente al mundo circundante; físicamente, de una blandura especial, pero tambien de una incapacidad de procreación. Dejemos de lado, que en ese impedimento prevalescientemente existen fallas cardiacas, que las articulaciones son sobre-extensibles y la musculatura más débil, razón por la cual los movimientos son más lentos necesitando de un apoyo especial –miremos en cambio aquello luminoso, humanamente puro, inocente, que traen consigo esos niños. Al ser cuidados y educados con amor, los seres humanos de ese modo, viven un estado infantil y de inocencia durante toda su existencia. Pueden ser dotados y hasta pueden aprender a leer y a escribir y realizar actividades practicas con habilidad.
Vivenciar día tras día una dedicación realizada con tanta buena voluntad, posee, naturalmente, también un efecto profundo sobre la familia y los educadores. Se sienten afectados por una humanidad, de la que ellos, los así llamados sanos, en muchos casos carecen y así pueden integrar esa cualidad de una manera completamente nueva a su vida, tratando, de hacerla realidad. El niño con impedimento por su parte, experimenta de su entorno, que es bienvenido, que es amado, y a su vez irradia ese amor recibido. Con ello, esta creada la condición previa, para poder vivir y trabajar en armonía conjunta en una vida terrenal próxima. Podemos imaginarnos asimismo, que un destino así, brinda la posibilidad de aprender a querer un ser humano con el cual anteriormente hemos tenido dificultades –en otra vida. Tomemos otro ejemplo: Un maestro tiene dificultades especiales con un determinado grado, mientras que en otros se maneja perfectamente. Aquí podemos imaginar lo siguiente (Rudolf Steiner ha contestado las preguntas en ese sentido de esta manera): Que de la vida anterior esta llegando algo, que ha ligado al maestro de modo especial con ese grado. Podemos imaginar, por ejemplo, el siguiente destino: En una vida anterior, un grupo de esclavos tuvo que remar una galera, teniendo que prestar un servicio forzado al comandante de la galera. Si ese comandante en una próxima vida se constituye en maestro y los esclavos en alumnos, el maestro tiene la posibilidad de conocer de cerca de esos seres humanos que por entonces apenas conocía y que se encontraban a su merced e implementar todo su esfuerzo, para ayudarles en su evolución. Todo maestro sabe, de cómo un alumno difícil, se torna accesible en el momento de trabar una relación personal con el. Esto cobra siempre el efecto de salida mágica, independientemente de las ideas que podamos tener acerca de los trasfondos referidos al destino. Y los más importante de todo: Que no son los niños maleducados los culpables de un problema, sino que se trata aquí de que el maestro aquí tiene la misión de aprender a amar al niño.
Quisiera agregar todavía un destino trágico: Al comenzar mi actividad medica, me presentaron un niño, que recién a la edad de 8 años había sido descubierto en una habitación. Era un niño mongoloide, postrado en la cama, incapaz de caminar y de hablar y –para mí, por entonces especialmente sorprendente y sobresaltante- no había llevado a cabo el cambio dentario. Los dientes de leche permanecían allí y, detrás de los mismos, o delante de ellos habían salido los dientes permanentes. Tenia una doble hilera de dientes y pudo ingerir únicamente alimento liquido. Seguía alimentándose con el biberón. Los padres, simples campesinos, habían sentido vergüenza de mostrar al entorno a este niño y nadie tenia conocimiento de que estaba viviendo en esa familia, vegetando en la cama de esa pequeña habitación. Este ejemplo pueda servir para los muchos casos, en los cuales padres, o educadores están tratando a sus protegidos con impedimentos, con una falta de comprensión y hasta con odio. Justamente estos ejemplos nos muestran, cuan necesario se torna el cambio de postura frente a enfermedad e impedimento, y frente al valor de la vida de un ser humano impedido.
Al respecto, deberá ser realizado mucho trabajo de educación, y de auto-educación, para poder crear aun, otras condiciones previas para la evaluación de dificultades en la vida.

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