lunes, 27 de mayo de 2013

EDUCACION HACIA LA CAPACIDAD DE AMAR

EDUCACION HACIA LA CAPACIDAD DE AMAR
MICHAELA GLOECKLER
Traducción: Ana Maria Rauh
Solo llegamos a conocer aquello que amamos J. W. V. Goethe
En al curso de nuestras charlas con los padres a menudo hemos hablado acerca de la importancia de la capacidad de amar para el trato con los niños. Es natural entonces, que nos pongamos a pensar también alguna vez, acerca de cómo podemos apoyar y fomentar la capacidad de amar. Preguntamos en primer termino:
¿QUÉ CUALIDADES DEL CARÁCTER DEL HOMBRE SE OPONEN A LA CAPACIDAD DE AMAR?
Se trata aquí de la búsqueda de poder y también de la búsqueda de comodidad. Nuestra época llama la atención, mediante un cumulo de estructuras de poder y estrategias de comodidad, que gozan de un buen funcionamiento. Compenetran todos los ámbitos de la vida. Al investigar, bajo que condiciones se torna posible el despliegue de poder, podemos ver lo siguiente: se encuentran allí, donde las impotencias de una situación son vistas de manera tal, y los fuertes son calculados de manera tal, que a través de esa toma de conocimiento, la situación puede ser controlada. Por ese motivo, el fundamento de toda filosofía de poder dice: “El conocimiento es poder.” Quien mucho sabe, conoce, a su vez tiene la posibilidad de dominar, manipular. Es por esa razón, que a veces a los alumnos se les dice: “Tenéis que aprender algo, para que más tarde podáis hacer algo; si no estais arriba os dominaran.” Luego, casi con desprecio y desde arriba, se mira a los conocimientos “que no aportan rédito alguno”, y con lo cual no se puede manipular. Es considerado a modo de “conocimiento de torre de marfil” o como “edificación dominguera”. De todos modos, se mira con consideración y respeto al conocimiento que subyace a nuestra técnica y su capacidad de dominio, que posibilita el dominio sobre muchas ejecuciones de tareas complicadas. No podemos imaginar por ejemplo, la empresa medicinal actual en su conjunto en los grandes hospitales sin la computarizacion de la investigación de los grandes laboratorios y otros procedimientos diagnósticos, así como toda la administración. Podemos entender entonces, que se trata de un conocimiento al que se da preferencia en las escuelas. La ciencia natural y la matemática ayudan a poder dominar y modificar a la naturaleza hasta en sus pormenores. Por cierto, que ese conocimiento también puede ser empleado de una manera diferente: cuando simultáneamente con la toma de conocimiento de los contextos de la naturaleza se despierta tambien el respeto, la veneración, frente a la infinita sabiduría que se oculta en la creación toda. Y cuando el amor despierta a la par con el conocimiento. Y esto, es una cuestión de la educación. ¿Qué tiene que pasar, para que el conocimiento no lleve a la manipulación y al poder? O, ¿cómo debería ser la adquisición de conocimiento, para que no solamente incentive los instintos de poder, posibilitándolos, sino al mismo tiempo brinde apoyo a la capacidad de amar?
Un segundo rasgo fundamental de nuestra época, al lado del afán de poder, es la necesidad, la búsqueda de seguridad y el anhelo de comodidad. Del mismo modo como el pensar va en dirección al conocimiento dominador, así, la voluntad, el querer humano va en busca de comodidad y seguridad en la vida cotidiana. Preferiríamos hacer únicamente aquello que nos gusta o aquello que contribuye a la comodidad y seguridad. También esto, en cierta medida es un ideal justificado. En los últimos doscientos años, la humanidad ha logrado delegar a las maquinas, un cúmulo de tareas desagradables y liberar así la voluntad humana para trabajos que tienen un mayor sentido. Quedo en evidencia empero, que el lugar de las tareas consideradas como exentas de sentido no siempre es ocupado por algo que fomenta al ser humano. Por el contrario, muchas veces la ocupación decae y la ocupación gira exclusivamente alrededor de tareas de juego, como deporte y aprovechamiento del tiempo libre.
Ejercicio del poder, seguridad y comodidad se han constituido en ideales dominantes de la actualidad. Son empero a su vez aquello, que someten y oprimen el desarrollo de la capacidad de amar, cuando dominan unilateralmente la vida anímica. Un hombre que ama, se hace cargo de incomodidades, por el amor se expone a máximos peligros y sacrifica los instintos de poder. “El amor no domina, pero forma, y eso es mucho más.” De esta manera describe a esa fuerza central en su “cuento”, esa fuerza central del alma. Del mismo modo como podemos decir que el miedo puede socavar al amor, que el deseo de seguridad puede desplazar al amor y la comodidad hace decaer al amor- así también podemos decir, que el fortalecimiento de la capacidad de amar le marca sus limites al miedo, a la necesidad de seguridad y comodidad, dentro de los cuales poseen una función plena de sentido en la vida humana. Algo similar sucede con la envidia, la vanidad y la ambición – pueden destruir al amor, pero, por amor, también pueden ser vencidos. Por un lado, la capacidad de amar parece ser algo muy delicado, endeble, puede ser cuestionada, importunada, perturbada de todos lados. Cuando empero la profundizamos y buscamos sus orígenes, la descubrimos como una expresión del ser y una fuerza, que en definitiva conforma la unión fisica, anímica y espiritual del hombre. Descubrimos en ella, el valor por el cual se puede soportar todo, que nos porta, que nos protege, que es propiamente lo CENTRAL HUMANO.
CONDICIONES DE DESARROLLO DE LA CAPACIDD DE AMAR
El amor despierta ya, con la primera sonrisa en la edad del lactante. Y ya allí queda en claro, a que leyes esta supeditado. En realidad, el amor siempre esta presente- puede empero manifestarse y entrar en acción únicamente al ser despertado. Un adulto, que se dirige cariñosamente a un niño, despierta el afecto y la capacidad de amar de ese niño, y, a partir de allí, son cualidades del mismo. Puesto, que el amor aparece primero a modo de sentimiento en el alma humano. Y como todo sentimiento esta dormido hasta que algún día despierta, también la capacidad de amar esta supeditada a esa ley. Hombres, que piensan que no tienen determinados sentimientos, pueden estar seguros que se equivocan. Lo que sucede es, que no han tenido la oportunidad de desarrollar estos determinados sentimientos en conexión con un acontecimiento, vale decir, ser despertados. Los sentimientos siempre son fenómenos –limite. Despiertan siempre, cuando se realiza el encuentro de una percepción del propio ser y el mundo perceptible.
Miremos el amor allí, donde aparece en un comienzo, al ser despertado, siendo un sentimiento dormido, y de inmediato veremos su lado fuerte y su peligro. Su lado fuerte esta dado en el hecho de que aparece como algo profundamente humano en la experiencia propia. La sonrisa que es respondida genera un proceso de vigorización reciproco, y por el hecho de que así uno ama al otro, esto se incrementa en el mutuo dar y recibir. Mientras que todo va de esa manera, todo esta bien. En el hombre adulto de inmediato se nos aclara el problema que así y todo esta relacionado con esto. Dado, que el amor no solamente es esta cualidad humana-central, sino, a su vez es lo mas bello que el ser humano puede experimentar. Y todo aquello que nos agrada, que vivenciamos como bello, lo queremos poseer. Y en ese lugar aparece entonces el lado problemático del amor proveniente del sentimiento. Dado que, en el momento en que se interrumpe la mutua alegría del uno por el otro, por el hecho de que tal vez uno de los dos tiene motivos de no enviar ya su sonrisa, todo amor, que en ese modo ha sido despertado naturalmente, entra en una crisis y experimenta a su vez su prueba de confirmación. ¿Qué sucede si lo amoroso ha desaparecido, eso, que ha promovido el bello sentimiento del amar? ¿Qué hacemos entonces? ¿Acaso el amor, al igual como un sentimiento tambaleante, también desapareció? ¿O, acaso queda un remanente que posee una durabilidad independientemente del anímico ceder y negar? En un comienzo, con toda seguridad aparece una problemática de privación. Ha desaparecido la bella sensación del ser amado, y esto es vivenciado como una dolorosa carencia. El dolor sin embargo nos puede traer a la conciencia la pregunta acerca de que ha sido en realidad lo que hemos amado: el bello sentimiento del amar, que parte de nuestra propia alma; o, al otro ser humano mismo, que ahora tal vez ya no esta presente, o que actualmente parece estar amando mas a otra persona que a nosotros? En esa situación aquello, que hasta entonces hemos señalado como amor, entra a una crisis de conciencia. Y allí existen, como en toda crisis, diversas posibilidades para proceder terapéuticamente y buscar una salida. Se podrá llevar a cabo algo así como una intervención quirúrgica, y arrancar de nuestro corazón ese amor a la otra persona, diciendo: “Todo eso ha sido una equivocación, ha sido un error.” Pero entonces ese amor también se fue y queda una sensación de hueco en el alma.
Podríamos empero darnos cuenta en cambio, que aquello, que en nosotros mismos ha despertado en capacidad de amar a través del ser humano amado, es una fuerza que puede seguir viviendo en nosotros, también independientemente de ese hombre. Eso nos muestra, que esa clase de amor es independiente de una simpatía o antipatía momentánea. El amor autentico hacia el mundo o hacia otros seres humanos, lo podemos separar del amor hacia nosotros mismos. En la simpatía ambos están unidos de una manera no muy definida. Del mismo modo como una rosa puede puede ser contemplada por muchas personas, despertando en ellas alegría a causa de su belleza, así también otra persona puede despertar amor y gratitud en las mas diversas personas, que independientemente de el, pueden seguir viviendo en ellas. Amor se conforma en la fuerza, que, una vez despierta, puede ser regalada, aun cuando nada se recibe en cambio, vale decir, aun cuando cesa el amor reciproco. Así, el amor acompaña al amado, y se constituye en algo, que parte del ser humano, dejando de ser un objeto del poseer y del requerir.
EL PROBLEMA DEL EGOISMO
El hecho, de que cada amor que ha despertado, alguna vez tiene que pasar por la prueba acerca de cuanto amor hacia uno mismo esta allí contenido y cuanto amor ha sido dedicado al otro, es una especie de condición fundamental para el desarrollo de la capacidad del amar. Esa prueba otorga a su vez la posibilidad de poder hallar la dimensión espiritual del amor: de vivenciarla como fuerza, que comunica al propio ser con el mundo y que esta en condiciones de vencer al amor a uno mismo y al egoísmo. Dado que, en la medida en la que extendemos nuestro amor hacia nosotros mismos, y nuestro egoísmo, vale decir “el querer tener” a todos los contenidos del mundo, o sea, incluir dentro de nosotros los intereses del mundo, el egoísmo perderá su condición de excluyente. Hombre y mundo nuevamente se conforman en unidad y el uno es para el otro. El egoísmo constituye una carga tanto mayor para el individuo humano en la medida en que menor relación con el mundo posee. La simpatía y la antipatía ofrecen la posibilidad de vivenciarse como personalidad y de colocarse limites. Necesitamos todas estas posibilidades, para mantener nuestro propio espacio evolutivo. Cuando, por ejemplo, queremos aprender algo, tenemos que apartar de nosotros, decididamente, todos los impedimentos y las evasivas. En un hogar de estudiantes, por ejemplo, podemos leer un cartel en la puerta: “Por favor, no interrumpir.” Entonces se sabe, allí esta sentado un pobre estudiante y se mata estudiando para un examen. Con el no se puede contar para tomar un café, no podemos distraerlo. Esas puertas cerradas, esas pasajeras antipatías frente al mundo son necesarias, cuando todas las fuerzas deben ser orientadas hacia algo determinado dejando de lado todas las demás alternativas de ocupación. Concentración significa, elegir una de todas las posibilidades y dedicarse a ella plenamente.
Necesitamos empero también nuevamente una cierta medida de simpatía, para evitar que la antipatía nos convierta en solitario extravagante. Ese cambiante juego de simpatía y antipatía es necesario para toda situación de desarrollo y de aprendizaje. Vivimos dentro de demarcación y dedicación, dentro de auto protección y de entrega. Quien bajo condiciones de extrema demarcación ha rendido un examen difícil, luego podrá –si todo ha salido bien- colocar lo obtenido al servicio del contexto social. Con ello a su vez se explica, que no es fácil, evaluar los fenómenos de discriminación y de aislamiento, de la exclusión. ¿Dónde se justifica la limitación, la demarcación, para que algo pueda desarrollarse, para que luego, mas adelante ese excluido pueda ponerse nuevamente a disposición de los demás? ¿Dónde esta el limite de la mera expresión de egoísmo, la facultad de poder, de la comodidad? En nuestra realidad de la vida social, donde una y otra vez estamos confrontados con fenómenos demarcatorios tales, es decisivo entender bajo estos aspectos, de que se trata. Dado que, en definitiva detrás de cada antipatía se oculta una debilidad, una necesidad de protección y de amparo, que deberá ser descubierta. Cuanto mas débil alguien es en la estructura de su personalidad, en tanto mayor medida vive, ya sea en desmedida simpatía con todos, o en antipatía con los que piensan diferentes a el, o, los “opositores.” Y por otra parte: Cuanto más fuerte una persona es en su interior, tanta menos necesidad tiene de demarcarse mediante antipatía, de protegerse y de excluir otras cosas y tanto mas conciente y personal será su orientación de simpatía hacia el mundo circundante. Hombres, que diseminan mucha antipatía a su alrededor y que tienen que repeler muchas cosas que en realidad a ellos se aproximan afectuosamente, aun precisan esa fuerza para edificar su propia conciencia de sí mismo. Ese es el sentido y la gracia de la antipatía. Nos ayuda a encontrar la conciencia de nosotros mismos y no perdernos difusamente en simpatía con el medio circundante.
Es por ello, que se plantea la pregunta para la educación: ¿Cómo podemos fortalecer la conciencia propia del niño de manera tal, que en la edad adulta, la antipatía no necesita ser requerida para el fortalecimiento de la conciencia de si mismo, lo cual entonces necesariamente tendría que conducir a la discriminación y a la critica destructiva. ¿Qué puede hacerse, para que la capacidad del amar, en un comienzo pueda desarrollarse en combinación con la simpatía, para luego ir desprendiéndose mas y más de la misma, año tras año pudiendo madurar en la edad adulta de manera tal, de constituirse en amor espiritual? La pregunta empero puede ser la siguiente: ¿Cómo puede ser fomentada la relación del niño hacia el mundo ya desde el primer día de su vida de manera tal, que la simpatía y la antipatía sean requeridas siempre de igual manera? La antipatía dentro de la confrontación perceptiva que nos aportara el darnos cuenta, el reconocer y la simpatía dentro de la amorosa confrontación?
PASOS EN EL DESARROLLO HACIA LA CAPACIDAD DE AMAR
  1. La experiencia sensoria
La primera relación que el niño edifica hacia el mundo, es determinada por completo mediante los sentidos y sus experiencias. ¡Cuantas vivencias sensorias tiene un niño entre el levantarse y el acostarse en el curso de un día! ¡Que disposición espontánea muestra en la edad del andar a gatas, queriendo investigar y descubrir absolutamente todo! Aquí, la vivienda deberia estar instalada de tal manera, que al niño se le impongan la menor cantidad de barreras posible. Significa educación hacia la carencia de amor, el tener que arrebatarlo de todos lados y constantemente tener que controlar, lo que puede tocar y lo que no puede tocar, es como delimitarlo antipáticamente. La experiencia sensoria del mundo en toda su dimensión, es la base de toda capacidad del amar, dado, que establece la referencia al mundo. Y cuando el adulto todavía se detiene junto al niño diciendo lleno de admiración: “¡Mira que LINDO es esto!” Esa impresión sensoria se profundizara aun más. Una flor mirada en común, un cielo vespertino o un cuadro, conecta el ser del niño de modo inmediato al mundo circundante y despierta sentimiento de alegría y de veneración, tal vez también de devoción y del descubrimiento de lo bello –sentimientos plenos de relación.
Las viviendas en cambio, en las cuales poco pueda ser experimentado y descubierto, implican impedimento. Los multimedios que muestran imágenes engañosas al niño, que no pueden ser experimentadas: Una pequena cinta magnetica por ejemplo produce sonidos del agua que cae, un televisor produce colores y formas que son muy diferentes en intensidad y particularidad que en la vida real. Esa agua no puede ser tocada, ni bebida, ni investigada. Los objetos no pueden ser palpados. Estos datos, ¿acaso no pueden revelarnos el porque tantos niños ya en sus primeros años de vida experimentan una especie de educación hacia la ausencia de relación? Poseen una carencia de experiencias del medio ambiente, a diario practicadas, con alegrías descubiertas. Ninguna persona ha adquirido la plenitud del amor, el cariño mediante las predicas de moral –solamente, mediante la experiencia propia.
Fácil es decir: “¡Sed carinosos los unos con los otros!” Si no esta respaldado por la experiencia, lo único que se obtendrá es carga para la conciencia. Se sabe, que en realidad se debería ser diferente de cómo se es –pero no se sabe como lograrlo. Una mala conciencia es la consecuencia. Esta carcome al alma y no contribuye a un crecimiento de la capacidad de amar. Mediante un cultivo consecuente de los sentidos, de cada uno de ellos: sentido del equilibrio, sentido del movimiento, sentido de las formas, sentido de los colores, sentido de los sonidos, podemos conectar a los niños de manera real al mundo, despertando de esta manera su capacidad de amar y de sentir alegría por el mundo.
  1. La vivencia de la alegría
Otro paso adicional en la educación hacia la capacidad de amar puede ser hallado, cuando observamos, como el niño pequeño vivencia al mundo. Aun posee la facultad de la alegría existencial, elemental. Cuan inmensa –desenfrenada- puede ser su alegría frente aun descubrimiento cualquiera, acerca de un objeto. Si logramos realizar un consciente trabajo acerca del re-descubrimiento de los momentos de alegría también en nuestro mundo de los adultos, esa alegría que entonces podremos irradiar, lograra un apoyo esencial para el fomento de la alegría existencial de los niños, y con ello también su capacidad de amar.
Por el contrario, la ausencia de alegría y la resignación de los adultos, actúa de modo paralizante sobre la actividad de los niños. Hasta ahora, hemos considerado al amor a modo de sentimiento y como fuerza espiritual relacionada con la toma de conocimiento. Al mirar a la alegría, tenemos allí, el aspecto de la fuerza del amor. El estar colmados de alegría, esta relacionado con una vivencia de fuerza. Es algo que irradia del hombre de un modo volitivo, y que hasta puede contagiar a otras personas, de modo tal, que pueden sentirse vigorizados, fortalecidos. Una postura fundamental de vida con alegría de los adultos fortalece y nutre la fuerza del amor. Puede ser cultivada en los niños, por ejemplo, mediante la configuración conjunta de las fiestas anuales. Mucho se habrá obtenido, si logramos despertar la alegría preliminar ante estas festividades en los niños y el clima de expectante alegría por su celebración.
  1. Castigo –renuncia y superación del conflicto
Un paso mas en la educación hacia la capacidad del amar es el apropiado manejo del castigo y el adecuado uso del renunciamiento. ¿Cómo se maneja el adulto con las malas experiencias, con problemas, con los conflictos? Al vivenciar el niño a un adulto que difícilmente pueda renunciar a algo, que esquiva los problemas y los conflictos, ese ejemplo tendrá un efecto negativo sobre el proceso de desarrollo hacia la capacidad de amar. Dado, que la capacidad de manejarse con los conflictos, de no esquivar los problemas y de realizar renunciamientos plenos de sentido cuando beneficia al bienestar del conjunto, es justamente aquello, que prepara la posibilidad de poder desarrollar mas adelante en la vida la facultad de separar la parte del amor por uno mismo, del autentico amor y descubrir la fuerza espiritual del amor, que posee independencia de simpatía y antipatía. Es el mismo proceso doloroso que allí se lleva a cabo, que guarda relación con la superación del egoísmo y del que se dice:
LUCHAR CON UNO MISMO, ES LA MAS DIFÍCIL DE TODAS LAS GUERRAS,
VENCERSE A SI MISMO, ES EL MAS BELLO DE LOS TRIUNFOS.
Al experimentar un niño a adultos que logran elaborar las vivencias negativas de manera tal que les sirvan de aprendizaje, pudiendo entonces desarrollar algo positivo a partir de allí, esto conformara un apoyo para el desarrollo hacia la capacidad de amar. Dado que, los niños que únicamente vivencian alegría y que nunca tienen que renunciar a algo, por cierto que desarrollan una relación de simpatía hacia el mundo circundante. Mas adelante les falta empero la posibilidad de conducir su amor por el mundo circundante de matiz simpático, a través de la crisis de la prueba decisiva. La simpatía en cambio se transforma en antipatía, al encontrarse con un contratiempo. Las vivencias negativas luego conducen a graves frustraciones, en lugar de promover procesos de aprendizaje. Con los niños de mayor edad debería hablarse acerca de problemas y delitos punibles, dejándoles vivenciar, que en el mundo no existe algo malo que no a su vez pueda conducir a algo bueno, al ser elaborado, trabajado, de la manera adecuada.
Por supuesto, que es fácil de comprender, que en ocasión de un acontecimiento feo se diga: “¡Que vergüenza, que injusticia, no he merecido esto!”, distanciándonos dentro de la antipatía. Aunque es comprensible ese comportamiento, contribuye sin embargo a un clima antipático-destructivo. En cambio es beneficioso preguntarse: ¿Por qué este acontecimiento me ha ocurrido a mí, y no a mi colega X o a la senora Y? ¿Acaso, este acontecimiento tiene que ver algo especialmente conmigo? ¿Quiere darme una enseñanza?
El efectuar un pensamiento así, por cierto, que ya exige un cierto desprendimiento. Puesto, que la vanidad esta satisfecha por la antipatía y el no poder identificarse, el que “yo no me merezco esto”. La superación del amor a uno mismo en la aceptación de hechos adversos del destino no es un paso sencillo. Dado, que uno tiene que confesarse: esto no solo lo he merecido, sino que me ha pasado porque tiene que ver algo conmigo, porque me corresponde, me merece. A partir de ello puedo trabajar, puedo aprender cosas, que aparentemente hasta ahora no he podido aprender desde el lado-chocolate de mi vida. Esta superación del amor a uno mismo es necesaria, para que la elaboración del conflicto pueda tener un resultado positivo. Esto le ayuda a los niños en su desarrollo, dado, que crea un clima de disposición al aprendizaje, la disposición a querer cambiar y transformarnos. Esto le ayuda al niño en su desarrollo, que a su vez tiene que pasar por constantes transformaciones y crisis. Muchos adultos no lo logran, por el hecho de no haberlo aprendido. De hecho, es mucho mas difícil, adquirir mas tarde la facultad de no solamente soportar lo negativo, sino de elaborarlo dándole un sentido. Esto es trabajoso, es penoso, y muchos necesitan una ayuda, porque no lo logran mediante su propio esfuerzo. De esto se desprende, que podemos entregarle a los niños, cuando ya en el jardín de infantes y en la edad escolar les permitimos vivenciar como estar preparados ara manejarnos positivamente con las dificultades y los problemas. De esta manera adquieren cualidades para la época venidera de su vida, los conformaran en seres humanos contentos y positivos frente a la vida.
Al contemplar los tres pasos mencionados para el fomento hacia la educación hacia la capacidad de amar, nos damos cuenta, cuanto de ello esta faltando en la practica de la educación de la actualidad. Es por ello, que no debe asombrarnos, que entre los adultos impera tanto desamor en la convivencia social. Es la humanidad no despertada, no adquirida mediante la educación, no cultivada, que empero se halla oculta en cada ser humano.
¿QUÉ PUEDE HACER EL ADULTO EN PRO DEL DESARROLLO DE SU CAPACIDAD DE AMAR?
El interés y la comprensión conducen a la capacidad del amar. Por lo tanto, la pregunta debe ser, como puede el adulto vigorizar su capacidad de interés y de comprensión. Podríamos comenzar tal vez preguntando: ¿Acerca de que no he estado reflexionando hace mucho tiempo? ¿Acerca de que en realidad nunca he mostrado interés alguno? Y luego comenzar a ocuparnos de eso. Podemos intentar también formularnos la pregunta acerca del porque sentimos antipatía con respecto a ciertas personas, y preguntarnos entonces, porque esa persona se habrá vuelto así, como muestra ser ahora y porque sentimos ese rechazo. Si logramos edificar hacia él, una relación comprensiva en ese sentido, en lugar de condenarla moralmente, ya por ese hecho algo puede cambiar en esa persona. Sin una relación impulsada por el interés, las cosas y los hombres siguen siendo como son. Mediante una relación empero, que es establecida mediante el interés y mediante la comprensión, siempre esta dada la posibilidad que algo pueda cambiar, pueda transformarse en nosotros mismos y en el otro.
Una etapa siguiente podría ser, ejercitarse en tomar muy en serio aquello por lo que nos interesamos. No establecer una mera relación, sino entrar también en un autentico compromiso. Muchas personas a nuestro alrededor, sienten, no ser tomados en serio por los demás. Esto no quiere decir que falta el interés –pero, no se produce ese segundo paso, el de no solamente sentir interés, sino aceptar lo existente en su ser como es, como punto de partida para un camino en común, que mas tarde o mas temprano pueda conducir también a un cambio.
La tercera etapa seria luego, llegar a una real comprensión. Dado que, si alguien se siente comprendido, el amor ya no esta muy lejano. Si comprendo a una persona, y sé donde están sus limites, y donde están sus lados fuertes, dejare de exigirle determinadas cosas, simplemente por que lo comprendo. Entonces, a través de ese comprensivo entenderlo, se desarrolla el amor hacia el otro. D esta manera esta dada la posibilidad, de utilizar el conocimiento adquirido acerca del otro, para amarlo y no, para dominarlo. Ya no se aprovechan los fuertes, o las flaquezas del otro para los fines personales, sino que actuaremos de manera tal, que el otro pueda mostrarse de su lado mejor y que pueda implementar su fuerza con sus mejores posibilidades en lo social. Goethe, quien estaba impedido de pensamientos falto de amor, cierta vez ha dicho al respecto: “Solo llegamos a conocer aquello que amamos.” Saber algo realmente, equivale a amar. Mientras que solamente sabemos aquello con lo cual dominamos al otro, o aquello que nos interesa, sin una comprensión mas profunda, poco sabemos de esa persona. Conocimiento, que es poder, es conocimiento unilateral y reducido. La comprensión real en cambio, conduce a un conocimiento mas abarcativo, que respeta al otro con sus intenciones. Mediante un proceso así, del aprendizaje de la mutua comprensión, entra una nueva cualidad a la vida social, estrechamente unida al amor: la cualidad de la libertad. Si comprendo a alguien, en determinadas situaciones puedo renunciar a algo que lo atañe, algo, que me gustaría poseer, lo puedo dejar en libertad. Al mismo tiempo dejare de dominar al otro con mis simpatías y antipatías.
Cuando el amor se une de esta manera con la capacidad de reconocer, de comprender, y cuando el amor se constituye hasta en fuerza de comprensión misma, conduce a la vivencia de libertad. Quien de hecho ama un asunto o una persona, puede darles el espacio de libertad y las posibilidades del desarrollo, que necesitan para sí mismo. Ese lado social –ético de la vivencia de la libertad, ha sido expuesto detalladamente por Rudolf Steiner en su libro “La Filosofía de la Libertad”.
Otra posibilidad para educarse en la capacidad del amar, es el camino a través de la vida de los sentimientos. Como el amor como sentimiento se manifiesta en forma de una vivencia de armonía y paz, podemos realizar el ejercicio de crear las condiciones previas para la armonía y la paz. La condición previa más importante, es la capacidad de la calma, la serenidad interior. Dado, que sin la calma no es vivenciable el punto de equilibrio en la vida del sentir, alrededor del cual pueden tranquilizarse los sentimientos de oposición y resistencia y pueden ser llevados a la armonía. Es por ello, que uno de los medios más importantes para despertar nuevamente el sentimiento del amor, es la ejercitación de la calma interior. Existen diversas posibilidades para aprenderlo. Al respecto Rudolf Steiner ha dado indicaciones en su libro “¿Cómo se obtienen conocimientos de los mundo superiores?”. Una posibilidad es, llevar a la conciencia un determinado pensamiento, o un acontecimiento, manteniéndolo allí por un tiempo. En momentos así, pronto nos daremos cuenta, como se va tranquilizando el fluir de la vida de los sentimientos y de los pensamientos, concentrándose. Si logramos vivenciar la cualidad de la calma, habremos dado un paso muy importante. También podemos buscar en el recuerdo, vivencias en las cuales hemos experimentado una profunda tranquilidad. Lo importante es, tomar conciencia de esa serenidad en la mayor medida posible y compenetrar con ella plenamente a nuestra vida del sentir.
También para el ámbito de la voluntad existe una posibilidad de fortalecer la capacidad del amar de modo inmediato dentro de la auto educación. Todo acto volitivo se orienta a algo, tiene una finalidad. Al respecto debería revisarse siempre: el otro, a quien esta destinado el acto, ¿lo necesita realmente? ¿Disfruto yo mismo mi acción, o la realizo verdaderamente para el otro? Cierta vez me han pedido consejo para cierta situación: Se trataba de una persona, que constantemente se estaba sacrificando por otras personas, que al mismo tiempo, con ello fastidiaba de tal manera a los demás, que ya no lo soportaban, diciendo: “No quiero que me sigas ayudando. Prefiero que aquí impere algún desorden o que algo quede sin hacer. Por favor, piensa también alguna vez en ti y en tus propias cosas”. La otra persona estuvo desesperada por esas palabras y dijo: “Quiero solamente lo mejor para ti; ¿por qué no dejas que te ayude?”.
Hay matrimonios, que están sufriendo por el hecho, de que o se hace demasiado, o se hace demasiado poco por el otro. Aquí, puede ser muy útil esa pregunta si lo hacemos realmente por amor al otro. En su “Filosofía de la Libertad”, Rudolf Steiner acerca de esto dice lo siguiente: “Vivir dentro del amor hacia el actuar y dejar vivir dentro de la comprensión de la voluntad ajena es la máxima fundamental del hombre libre.” Los hombres de esta manera libre, actúan siempre con plenitud de amor. Con ello empero, se clarifica asimismo cuan difícil es. Dado que, una acción plena de amor requiere siempre del sacrificio de dejar de lado, aquello, que nosotros mismos disfrutamos del accionar y que ocultamente lo estamos haciendo para nosotros mismos. Tan pronto que el amor llegue al campo de la voluntad, exige el sacrificio del amor por uno mismo. Y esto deberá ser practicado sistemáticamente, para que pueda conformarse en una capacidad, la capacidad del amar.
Por supuesto, que podemos preguntarnos ahora: “¿Para que sirve ese amor por nosotros mismos? ¿No es menester extirparlo por completo?” De hecho, seria un malentendido. El amor por uno mismo sirve exactamente por lo que indica la palabra: para nosotros mismos. Necesitamos una determinada medida de ese amor por nosotros, para sostener nuestra conciencia propia y para ubicarnos frente al mundo, comprendiéndolo. Y de ninguna manera es así, que las personas que poseen poco amor por si mismas, tengan mucho amor por el mundo. Aquellos, que tienen un mal trato con los demás, a menudo ni siquiera se soportan a sí mismos. Es necesaria una determinada medida de amor a uno mismo, para proveernos nosotros mismos con aquello que necesitamos. Entonces, no necesitamos demandarlo a los demás, o aguardar que otros lo brinden. Para mantenernos sanos y para otorgar una determinada orientación a nuestra vida y a nuestro trabajo, ese amor hacia nosotros es naturalmente necesario. Es por ello, que para que ese amor cobre validez, lo que es valedero para todo el amor en general que se refiere a algo en el mundo: Que se le brinde al amado lo que necesite para su desarrollo. Dado que, al amar una cosa, al amar un trabajo, una persona enferma, a cada una debo darle lo que necesita. Amar significa siempre, trabajar en la reposición de una armonía, de una consonancia –vale decir, dar a una situación, a un ser, aquello que necesitan para su bienestar. Y lo que cada hombre necesita para sí mismo y debe producir para sí mismo y hacia donde todo amor hacia uno mismo puede orientarse de modo saludable, es el sincero auto conocimiento. La capacidad de evaluarnos correctamente en nuestra relación para con el mundo –es lo único hacia lo cual el amor puede orientarse sin restricciones, sin alterar ninguna otra cosa. Si a todo aquello que viene a nuestro encuentro lo utilizamos para nosotros de una manera tal que beneficia al conocimiento de nosotros mismos, que incremente las experiencias a ser realizadas en el mundo circundante, que nos hagamos más “utilizables” para el mundo, entonces, el amor hacia nosotros mismos ha sido empleado, tal como puede ser empleado de modo saludable en todo contexto social. Entonces, estará provista asimismo, la satisfacción en la vida. Y, estaremos frente al hecho aparentemente pedagógico, de que, quien emplea el amor por uno mismo en pro del conocimiento de sí mismo, por otra parte aprenderá con cada vez mayor facilidad, dar a los hombres y a las cosas aquello, que necesitan.
PREGUNTAS CON RESPECTO AL TEMA
PREGUNTA: Usted ha dicho, que tenemos que utilizar lo malo, para reconocer lo bueno. Me han contado acerca de una violación de una niña. Al respecto, me faltan los aspectos para darme cuenta de lo bueno.
RESPUESTA: De hecho, es difícil. Deberíamos tomar en cuenta, todo el circuito de ese suceso. Por un lado, tenemos a la niña afectada y su entrono directo. Por la publicación, tenemos empero también el gran medio de aquellos (a los que ahora también pertenecemos nosotros) que a través de su conciencia tienen que debatirse con el hecho, sin haber sido afectado directamente por el mismo. Aun, cuando en este momento no pueda ser logrado hallar algo bueno con respecto a los directamente afectados por el terrible suceso, esto no cobra validez par el circuito más amplio. Para nosotros podrá ser un motivo de reflexión, acerca del por que pueda existir tanta criminalidad de esta clase en nuestra sociedad. ¿Cómo llega un hombre a realizar una cosa así? ¿Qué tiene que haber vivido en su niñez, y en su juventud para convertirse en un criminal de esa clase? Miremos los destinos de estas personas: Son victimas de nuestra sociedad, existencias caídas a través de las mallas, sufren las consecuencias de carencias en las condiciones de desarrollo y de educación. ¿Quién tiene la culpa? Por cierto, que no únicamente el criminal. ¿Por qué no logramos sacar las consecuencias de esa miseria, de ese desamparo y reclamar enérgicamente una mejora de las condiciones sociales? Visto de esta manera, el problema de culpa se desplaza del ámbito individual al ámbito social, con ello empero las cuestiones cognitivas que despiertan a través del mal. Cuanto más pequeños son los elementos que se están observando, tanto mas exentos de sentido se nos figuran, y tanto mas fácil será, acusar a un determinado culpable. Despierta la emoción de desarticularlo de la sociedad. Al seguir el asunto, se podrá comprender, que esta persona a su vez también es victima solamente de una constelación. Ha sido presa de mucho pecado y así se constituyo en portador sintomático de una enfermedad de nuestra sociedad y de determinados problemas educativos. En la mayoría de los casos a los directamente afectados (frente al mal y lo exento de sentido que han vivenciado) hay que iniciar una acción que pueda promover un cambio. Tanto mas importante y urgente se torna, que el entorno y el circuito social más amplio, de aquellos que no se encuentran afectados directamente, se hagan cargo representativamente. Si se lograse, sacar consecuencias reales de esta tragedia, que tal vez pese de por vida sobre el destino de esta niña, despertando las fuerzas necesarias para promover un cambio en las condiciones sociales, entonces, también ese mal hubiese promovido algo bueno. Cuan lejos estamos aun de poder decirnos: Todos nosotros tenemos un problema, si en nuestro medio vive un criminal. Condenar a alguien, es mucho más fácil y a veces hasta resulta ser una auto-satisfacción poder decirnos: ¡Yo nunca seria capaz de hacer algo asi! Es muy simple, proyectar el odio y el desagrado hacia los así llamados malos; con eso empero no hemos ganado nada en absoluto. Al orientar empero toda esa energía, que destructivamente se expresa en el odio y la ira, hacia nuestro interior, preguntándonos: Que puedo hacer yo, para que las condiciones sociales cambien de manera tal, que cosas asi ocurran con frecuencia cada vez menor, esto se conformaria en una parte de la elaboración plena del sentido del hecho, que en un principio aparecio solamente malo y exento de sentido. De hecho es así, que el interrogante con referencia al mal solo podrá ser formulado, cuando estamos dispuestos a tener presente el riesgo de la evolución humana en sí. Dado, que el riesgo de un desarrollo hacia la capacidad de amar, tiene que contar con lo no-amoroso, con la ausencia de libertad y con el mal.
PREGUNTA: Yo aun tengo dificultades con el concepto del sacrificio en relación con el amor. ¿Acaso, no esperamos gratitud, cuando hacemos un sacrificio y ese sacrificio no fomenta el amor por nosotros mismos?
RESPUESTA: Corresponde, justamente, a la definición del sacrificio, de que nada recibimos a cambio. De otro modo, deja de ser un sacrificio. La palabra “sacrificio” significa que se entrega algo, sin preguntar, que se recibe a cambio. Y quien puede hacer esto, es solamente el amor. Ninguna otra fuerza dentro del hombre puede sacrificar sin pedir nada a cambio. Todas las demás cualidades humanas, piden algo a cambio. Solamente el amor nada pide, por ser el mismo tan rico, que puede donar sin perder nada. Cuanto más amor regalamos, tanto mas tenemos. Si realmente sacrificamos en ese sentido, nunca quedaremos vacíos. Con ello, el concepto del sacrificio pierde ese amargo gusto adicional.
PREGUNTA: ¿Qué puede hacer el discriminado mismo, para obtener aquello que necesita? ¿Por ejemplo, un enfermo de SIDA?
RESPUESTA: Aquí, estamos en una situación similar como en el caso del niño violado: los enfermos de SIDA, a menudo discriminados, generalmente pueden hacer poco para sí mismos. Mas bien, su vida, y su padecimiento es un llamado a los sanos a entrar en acción. Es por ello, que esta enfermedad realmente es un llamamiento a nuestra sociedad, para llevar a cabo un acto de la auto-conciencia, del tomar conocimiento de sí misma: ¿Bajo que circunstancias aparece esta enfermedad? ¿Qué podemos aprender a partir de la misma? ¿Cuál es su esencia? En ello, tienen que trabajar los sanos para aprender, mientras que los enfermos necesitan de todo nuestro amor. Puesto, que en la mayoría de los casos no pueden ayudarse a sí mismos. De nada sirve, decir: “Algo así, en realidad no debería existir”, sino, en cambio: “¿Por qué, se ha presentado esto, y cual es la misión que a causa de esto se nos presenta?” Quien lee el libro reciente de Elisabeth Kuebler-Ross acerca de su trabajo con los enfermos de SIDA, y sus familiares, se podrá encontrar con una guía, acerca de cómo los hombres pueden aprender a amar. Es maravilloso, como trata de despertar la capacidad de amar en el medio circundante de estos enfermos, a modo del medio curativo esencial, disponible siempre, sin efectos secundarios.
PREGUNTA: Me gustaría saber, si hay una posibilidad de progresar con la sinceridad en el auto-conocimiento. Me cuesta definir, de que se trata el amor a sí mismo y cual es el contenido del verdadero amor.
RESPUESTA: ¿Cómo llegar al verdadero y sincero conocimiento de nosotros? Seria un tema para toda una charla completa. Es difícil decir algo al respecto con pocas palabras. Una ayuda esencial, es el trabajo antes mencionado, del creciente interés por el otro ser humano. Dado que el conocimiento de nosotros mismos despierta del modo mas sincero y saludable con el tomar conocimiento del mundo y tomando conciencia de nuestra particularidad, a partir del ser diferente de los demás.
PREGUNTA: Tengo un problema con la superación del conflicto a través de los adultos. Por ejemplo, me enoja cuando mi hija pasa el medio día en el jardín de infantes y luego me cuenta, que allí a veces impera un clima ruidoso y poco armonioso. Como tengo una actividad profesional, tiene que quedar en el jardín de infantes. ¿Tengo que intervenir y mostrar a mi hija como se puede dominar esa situación?
RESPUESTA: Este es un buen ejemplo, para el tratamiento de las quejas. ¿Quién ha establecido las condiciones bajo las cuales se han presentado las quejas? Usted misma ha dicho, que es su actividad profesional, la razón por la cual su hija tiene que permanecer en el jardín de infantes. Si usted necesita el jardín de infantes para asegurar a usted y a su hija una existencia humana digna, entonces, la niña debería poder vivenciar que usted siente gratitud al respecto que su hija puede ir al jardín. De esta manera, usted puede contribuir a que la niña vaya con agrado, aun, cuando allí pueda haber lados negativos. Por otra parte, usted tiene también la posibilidad de hablar con las maestras jardineras para ver si no puede ser creada una mejora a través de una iniciativa de los padres. Tal vez, tan solo haga falta alguien, quien al final de la mañana, le ayude a la maestra, de manera tal, que los niños no estén abandonados en ningún momento a sus juegos.
PREGUNTA: Antes, cuando mi hija era pequeña, todos la habían encontrado sumamente simpática y bonita. Desde que tiene mas edad empero, participando de las conversaciones de los adultos, se defiende, ya no acepta todo; lo concerniente a la educación se ha tornado muy difícil. ¿Cómo podemos manejarnos con las personas que se quejan de la niña?
RESPUESTA: Aquí, tenemos un ejemplo, de cómo el amor materno pasa por la crisis, por la cual, algún día tiene que pasar todo amor. Es menester recordar muy a menudo, la alegría que ha sentido acerca de su hija, cuando aun nadie se quejaba. Dado, que el motivo de la alegría no ha desaparecido por el hecho de que la niña actualmente este cambiada. Es la misma niña. Detrás del deseo de que los hijos propios sean bien vistos por toda la gente se oculta naturalmente también algo del amor a uno mismo. Al darnos cuenta de ello, circunstancialmente con toda calma podremos escuchar cuando alguien se esta quejando, y decir, si, mi hija actualmente tiene una fase un poco critica, pero eso pasara. El amor, que se libera de simpatía y antipatía, le dará la seguridad al respecto.

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